De que me sirve quererte como te quiero, si no es suficiente para ti. De que me sirve pensarte como te pienso, si tu jamas piensas en mi. De que me sirve luchar contra todo y contra todos por mantener esta relacion, si a ti no te importa si se acaba este amor. Dime entonces de que me sirve llorarte como te lloro, si mis lagrimas no son suficientes para que estes junto a mi. De que me sirve guardar esta ilusión, si se que mañana no estaras junto a mi
¿porque me duele? No entiendo porque, No puedo entender, Como un sentimiento tan hermoso, Puede causar tal agonía, Quiero ser más que tú amigo, Pero solo como amigo me ves, Quiero amarte para que me ames, Quiero ser parte de tu historia, Y que tú seas parte de la mía, Quiero conocer tus sueños e ilusiones Quiero amarte para que me ames Pero que puedo hacer, si no me quieres a tu lado
Porque el cuerpo, todo el cuerpo albergándole a la vida su oscura aunque preclara omnipotencia, siempre está aquí, estará siempre. Y quien ama y quien desea, quiere poseer y entregarse poseyendo. Tarde y noche, amanecer o mañana, al amor, el amar reclama al cuerpo en tenue caminar, o alborotado por de lavas repleto sendero: la sombría eternidad que da a la vida una muerte incrustada. Un helado volcán; ¿son océanos lúcidos y vertigonosos con furia de morirme mientras amo? Porque así es la entrega del que ama: una despótica catástrofe. ¿Soy yo así, soy yo esto, se pregunta, creciendo de salvaje encrucijada, viviendo de mi muerte que rescato, con furia de morirme cuando amo? El cuerpo dócilmente escucha dentro y otro yo se le asfixia en la pregunta. Cuán intacto el despertar. Ya despojándose la invasión de sí mismo, gime el cuerpo. Vuelve el mar reclamándolo absorbente y otra vez se desploma y recupera. Carmen Conde
Comentarios